Me levanto en la mañana, prendo el televisor y veo como mientras hablan sobre las nevazones en el sur del país aprovechan para ofrecer la nueva... esperen, ya se me olvidó lo que ofrecían!!!
Esque cada día somos bombardeados por publicidad que invade absolutamente todo lo que soporte un adhesivo, desde las típicas gigantografías ubicadas en pleno Vicuña Mackenna (cada mañana camino a la universidad) hasta escaleras mecánicas empapeladas del nuevo desodorante que no mancha... que novedad. Y como si esto fuera poco, la radio, televisión, mi mail!! y las cuentas que llegan a fin de mes tampoco se salvan. También traen "el regalito" del crédito pre-aprobado por $1.000.000.
Es lógico que ya estemos cansados de tantos avisos si todas nuestras necesidades, al menos las más importantes, ya han sido cubiertas por productos y servicios que estamos acostumbrados a utilizar desde hace ya unos cuantos años, y que difícilmente estaríamos dispuestos a cambiar por un nuevo producto (menos si es de una marca "desconocida").
Entonces: ¿por qué las empresas siguen invirtiendo miles de dólares cada año para ser parte de este bombardeo invasivo que claramente es ignorado por la gran mayoría de los consumidores?
La respuesta, creo, corresponde a una seguridad mal entendida por parte de los encargados de desarrollo de nuevos productos, a los creativos del área marketera, al departamento de ventas y porqué no, al departamento de recursos humanos. Todos ellos han preferido competir a colaborar y reinventar en vez de innovar. Si bien es cierto que la gran mayoría de los nuevos productos fracasa, también resulta que de purple cows han salido algunas de las soluciones más novedosas y rompedoras que consistentemente han hecho más felices tanto a consumidores como a los oferentes, creando algo similar al círculo virtuoso tv-industrial complex de antaño.
¿Cómo encontrar entonces esa purple cow que llame la atención de los compradores tempranos - early adopters - y que sea lo suficientemente buena para ser esparcida como una ideavirus hasta los segmentos más rentables?
Esque cada día somos bombardeados por publicidad que invade absolutamente todo lo que soporte un adhesivo, desde las típicas gigantografías ubicadas en pleno Vicuña Mackenna (cada mañana camino a la universidad) hasta escaleras mecánicas empapeladas del nuevo desodorante que no mancha... que novedad. Y como si esto fuera poco, la radio, televisión, mi mail!! y las cuentas que llegan a fin de mes tampoco se salvan. También traen "el regalito" del crédito pre-aprobado por $1.000.000.
Es lógico que ya estemos cansados de tantos avisos si todas nuestras necesidades, al menos las más importantes, ya han sido cubiertas por productos y servicios que estamos acostumbrados a utilizar desde hace ya unos cuantos años, y que difícilmente estaríamos dispuestos a cambiar por un nuevo producto (menos si es de una marca "desconocida").
Entonces: ¿por qué las empresas siguen invirtiendo miles de dólares cada año para ser parte de este bombardeo invasivo que claramente es ignorado por la gran mayoría de los consumidores?
La respuesta, creo, corresponde a una seguridad mal entendida por parte de los encargados de desarrollo de nuevos productos, a los creativos del área marketera, al departamento de ventas y porqué no, al departamento de recursos humanos. Todos ellos han preferido competir a colaborar y reinventar en vez de innovar. Si bien es cierto que la gran mayoría de los nuevos productos fracasa, también resulta que de purple cows han salido algunas de las soluciones más novedosas y rompedoras que consistentemente han hecho más felices tanto a consumidores como a los oferentes, creando algo similar al círculo virtuoso tv-industrial complex de antaño.
¿Cómo encontrar entonces esa purple cow que llame la atención de los compradores tempranos - early adopters - y que sea lo suficientemente buena para ser esparcida como una ideavirus hasta los segmentos más rentables?
Creo que es difícil en nuestros días encontrar esa GRAN IDEA que a pesar de la saturación de nuestros sentidos salga a flote y sea exitosa. Pero la purple cow no se trata de eso. Se trata de una conjunción de elementos que juntos funcionan; así como la historia de el zapatero que viaja a la selva y dice que no hay mercado porque allí la gente no usa zapatos, pero luego de su tercera visita se da cuenta que los indios tenían los pies destrozados por las piedras… y la solución: zapatos!
Ahora, y asumiendo que ya tenemos una idea con potencial de crecimiento ¿Cómo marketearla? ¿Cómo logramos esparcir eficientemente esta idea sin botar miles de dólares a la basura? ¿Cómo la convertimos en una ideavirus?
Ahora, y asumiendo que ya tenemos una idea con potencial de crecimiento ¿Cómo marketearla? ¿Cómo logramos esparcir eficientemente esta idea sin botar miles de dólares a la basura? ¿Cómo la convertimos en una ideavirus?
A pesar de la saturación publicitaria que sufre la mayoría de los consumidores, aún están aquellos quienes buscan en el mercado innovaciones e ideas que salgan de lo común y den soluciones creativas a sus necesidades. Esos productos, servicios o empresas que sean outliers en sus industrias. En ellos, los sneezers con influencia, sí vale la pena invertir en publicidad. Mientras la masa no presta mayor atención a los anuncios, probablemente sí prestará observará a otros consumidores y su comportamiento. Es como una especie de “sigue a la masa” para sentirte “in”. Así, este segmento hará el trabajo por nosotros al esparcir esta idea y hacerla popular.
Cualquiera de nosotros puede encontrarse de frente con una buena idea y pasarla por alto. Por eso la recomendación: seguir el propio Sexto sentido, y más aún, atreverse a seguirlo.
2 comentarios:
Javiera:
Super bueno el blog y la reflexión.
La pregunta es como sobresalir y como convencer "al jefe" de hacer las cosas distintas.
no?
saludos
:::v:::
Eso es exactamente lo que pienso! Tú que ya has estado un tiempo en el medio... existe esa libertad en algun lado?
Saludos!
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